Aunque varios estudios han mostrado que el uso regular de aspirina o medicamentos relacionados puede reducir el riesgo a sufrir cáncer colorrectal en cerca de un 30 %, los científicos encontraron una importante excepción: más bien pueden aumentar el riesgo en personas con ciertas variantes genéticas.
El estudio, publicado recientemente, es otro paso hacia la “medicina de precisión”, que apunta a aplicar tratamientos de acuerdo a la composición genética de los pacientes. De ser confirmado, el hallazgo podría alterar las recomendaciones para prevenir el cáncer colorrectal, que, según proyecciones, provocará la muerte de 49 mil 700 personas en Estados Unidos este año. En un editorial que acompaña a un artículo en el Journal of the American Medical Association, el doctor Richard Wender, de la Sociedad Estadounidense del Cáncer y de la Universidad Thomas Jefferson, calificó el hallazgo como “notable desde el punto de vista científico”. “Vislumbro el momento en que la secuenciación del genoma para determinar una estrategia de por vida para la prevención y monitorización (del cáncer colorrectal) sea una realidad, aunque falta un poco”, comentó. Los médicos algunas veces recetan aspirina y otros medicamentos antiinflamatorios no esteroideos para pacientes con un historial de pólipos en el colon. Sin embargo, para la mayoría de la gente eso no es recomendado porque el uso rutinario de ese tipo de medicamentos puede provocar sangramiento gastrointestinal. La nueva investigación, financiada en su mayor parte por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, sumó los resultados de 10 estudios observacionales que involucraron a 17 mil 187 personas en Estados Unidos, Canadá, Australia y Alemania. El uso regular de aspirina o medicamentos antiinflamatorios no esteroideos fue asociado con 17 casos menos de cáncer colorrectal por cada 100 mil habitantes. Sin embargo, las consecuencias fueron muy diferentes para personas con algunas variantes de ADN. Hubo 34,7 casos de cáncer colorrectal adicionales por cada 100 mil personas entre aquellos con variantes de un gen, y 21,1 casos adicionales por 100 mil en personas con variantes de otro. Las variantes están en entre un 4 y un 9 % de las personas con ascendencia europea. Como los medicamentos antiinflamatorios no esteroidales pueden tener graves efectos secundarios -el sangramiento gastrointestinal puede ser fatal-, “es una alta prioridad ver si podemos usar la información genética para buscar intervenciones preventivas para pacientes individuales”, comentó el doctor Andrew Chan. También es demasiado pronto para recomendar monitorización genética para guiar las decisiones sobre medicamentos antiinflamatorios no esteroideos para la prevención de cáncer, al menos hasta que los resultados sean confirmados, afirmó Chan, del Hospital General de Massachusetts e investigador principal del artículo de 53 coautores. “Pero este es un primer paso en esa dirección y hacia la medicina de precisión”, explicó. Marzo 19/ 2015. (PL) Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2015. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A |
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