Los niños con sobrepeso que participaron de un programa para adelgazar en sedes comunitarias de Estados Unidos no engordaron y mejoraron su calidad de vida, incluidas las relaciones con sus pares y en la escuela. El programa de seis meses para mejorar la dieta, aumentar el ejercicio y reducir el uso de "pantallas", fue una adaptación de tratamientos intensivos que habían ayudado a adelgazar a niños obesos, pero con un alto precio. "A pesar de la alta prevalencia de la obesidad infantil, los padres de niños obesos saben que los programas terapéuticos disponibles son pocos y dispersos", dijo Gary Foster, de la Temple University, en Filadelfia. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por su sigla en inglés) estiman que el 17 por ciento de los niños y los adolescentes de Estados Unidos son obesos. Y los niños obesos son más propensos a ser adultos obesos, lo que eleva el riesgo de desarrollar diabetes, enfermedad cardiovascular y otras enfermedades. Además, la obesidad afecta desproporcionadamente a los niños de las minorías y de bajos ingresos. Foster dirigió el estudio financiado por United Health Group. Los 155 participantes eran niños de entre 6 y 17 años con un tamaño corporal a partir del percentilo 85. Con sus padres, los niños concurrieron a 12 sesiones en las que los pesaban y los ayudaban a controlar la comida y el ejercicio, y a fijar objetivos asociados con el peso y las conductas. Los padres organizaron otras 12 sesiones hogareñas para trabajar con planillas brindadas por los especialistas y controles telefónicos. Los niños y los adolescentes recibieron puntos por cumplir los objetivos durante el estudio que, luego, podían cambiar por premios pequeños. El 84 por ciento de los niños y sus padres finalizó el programa. Aunque los participantes estaban creciendo y ganaron altura y peso, tendieron a hacerlo más cerca del peso normal para la edad durante el programa. Por ejemplo, el 92 por ciento calificaba como obeso al inicio del estudio, comparado con el 82 por ciento a los seis meses. Al finalizar el programa, los niños calificaron mejor su calidad de vida, según revelaron las escalas de evaluación física, emocional, social y escolar. En la revista Pediatrics, el equipo escribe que antes de las sesiones, su calidad de vida era similar a la de los niños con cáncer. Foster comentó que el programa no incluyó especialistas como psicólogos infantiles y que los líderes de grupo carecían de experiencia en el tratamiento de la obesidad infantil, lo que, para él, es lo que hace que los resultados sean tan promisorios. El experto adelantó que el próximo paso será tratar de simplificar aún más el programa, para facilitarles el trabajo a las familias y hacer más económica su aplicación. Dos investigadores declararon trabajar para United Health Group y otros dos, incluido Foster, con consultores de la empresa. El equipo no controló el peso de los participantes después de los seis meses, de modo que se desconoce si los efectos se prolongaron. Tampoco se compararon los resultados con los de un grupo de niños que no participaron del programa. FUENTE: Pediatrics, online 17 de septiembre del 2012 Reuters Health |
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