INTRODUCCIÓN

El exceso de grasa corporal se encuentra marcado por un desequilibrio permanente entre el consumo de alimentos y el gasto energético de los seres humanos que generan diversos riesgos para salud, entre ellos el aumento de la presión arterial.⁽¹⁾ Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) la obesidad en América Latina ha aumentado considerablemente, se calcula que el 58 % de los habitantes de estas regiones tienen exceso de peso corporal, aproximadamente 360 millones de personas y afecta especialmente al género femenino.⁽²⁾

El porcentaje de grasa corporal es una medida muy útil, ya que permite conocer la cantidad del peso que se tiene en grasa. De esta manera, el organismo humano se encuentra formado por masa grasa y un tejido residual que por lo general se le denomina masa libre de grasa, basándose en esta composición se han empleado varios métodos para definir el porcentaje de grasa o adiposidad de un individuo, dentro de los cuales está la medición por medio del sistema de bioimpedancia eléctrica.⁽³⁾ El sistema de bioimpedancia eléctrica es una herramienta simple, ágil y una técnica no invasiva, se basa en la estrecha relación que hay entre las propiedades eléctricas del cuerpo humano, la composición corporal de los diferentes tejidos y del contenido total de agua en el cuerpo. La bioimpedancia eléctrica obedece algunos supuestos respecto a las cualidades eléctricas del organismo, de su constitución y su estado de maduración, de igual forma el grado de hidratación, el sexo, edad y aptitud física, esta técnica funciona por “asunciones basadas en las constantes de hidratación de los tejidos, se obtiene la masa libre de grasa (MLG) y por derivación, la masa grasa (MG), mediante la simple ecuación, basada en dos componentes, MLG kg = peso total kg – MG kg”⁽⁴⁾

El exceso de grasa corporal es uno de los factores de riesgo modificables que aumenta la probabilidad de sufrir de presión arterial alta, la hipertensión es definida como un trastorno en el cual los vasos sanguíneos presentan una tensión alta de forma permanente, que puede producir daños, como deterioro de los vasos sanguíneos que se obstruyen y se rompen; de esta forma, producto de la hipertensión, la sangre se filtra en el cerebro y ocasiona un accidente cerebrovascular, así mismo puede ocasionar una obstrucción en los tejidos del miocardio, agrandamiento del corazón, además de una insuficiencia cardiaca. De igual forma la hipertensión puede producir deficiencia y daños cognitivos.⁽⁵⁾

La grasa corporal ha demostrado tener una estrecha relación con la presión arterial, especialmente con la presión sistólica, de esta forma se asocia con una mayor probabilidad o riesgo de desarrollar enfermedades cardio-metabólicas.⁽⁶⁾ Por tal motivo, el propósito de este estudio fue determinar la relación entre el porcentaje de grasa corporal y la presión arterial en adultos de áreas rurales y urbanas del municipio del Carmen de Chucurí.

MÉTODOS

Este estudio es un resultado secundario del trabajo de grado de la maestría en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad de Pamplona denominado: Relación de la fuerza prensil y marcadores tempranos de riesgos cardiovasculares en adultos del municipio del Carmen de Chucurí.

Para el desarrollo de la investigación se aplicó un estudio descriptivo y correlacional con enfoque cuantitativo y una muestra escogida de forma aleatoria compuesta por 406 sujetos para habitantes del sector rural y 409 del sector urbano entre los 18 y 40 años pertenecientes al municipio Carmen Chucurí.

Los datos fueron recolectados en el año 2019 desde el mes de junio hasta el mes de octubre del propio año.

En lo que respecta a la valoración de la masa corporal y muscular, se evaluaron con la utilización de la herramienta denominada impedancia eléctrica y el equipo OMRON HBF-514C, para lo que se siguieron las recomendaciones del fabricante,⁽⁷⁾ además, se trazaron pautas para su utilización; primero no haber ingerido alcohol 48 horas antes de la toma; no haber consumido algún producto o fármaco con contenido de cafeína cuatro horas antes de la toma y no haber realizado ejercicio 12 horas antes de la toma.⁽³⁾

Para la toma de la presión arterial se evaluó utilizando el tensiómetro digital OMRON HEM-4030, bajo los parámetros y recomendaciones de la American Heart Association.⁽⁸⁾

La tabulación y el análisis de datos se efectuó con el paquete estadístico IBM SPSS V.22 (Demo) con un nivel de confianza del 95 % y un valor p de 0,05, por ello se aplicó la prueba de normalidad de Kolmogorov-Smirnov y para las relaciones de las poblaciones urbanas y rurales se utilizaron los coeficientes correlacionales de Pearson y Spearman.

Este estudio tuvo en cuenta los parámetros y principios éticos internacionales, utilizados para las investigaciones médicas en seres humanos expuestos en la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial (AMM),⁽⁹⁾ también, los estándares éticos establecidos para investigaciones en Ciencias del Deporte y del Ejercicio.⁽¹⁰⁾ Por consiguiente, a nivel nacional fueron tenidas en cuenta las normas científicas, técnicas y administrativas para la investigación en salud indicadas en la resolución No. 008430 de 1993 del Ministerio de Salud de Colombia (MINSALUD), que clasifican a este estudio en una categoría de riesgo mayor que el mínimo, según lo establecido en su artículo 11, numeral C. MINSALUD.⁽¹¹⁾

RESULTADOS

Las características macroantropométricas y la grasa corporal de los participantes por sexo y población de forma general (n = 815) obtenidos en las mediciones realizadas permitieron establecer valores medios por grupos. Las cifras mostraron valares similares aproximados en ambos grupos para ambos sexos, aunque ligeramente elevados en el caso de la población rural con respeto a la urbana. Con relación a la edad tanto para el grupo rural de hombres y mujeres como para el urbano se pudo apreciar que se encontraban como promedio cerca de los 30 años. (Tabla 1).

Los datos obtenidos en la presión arterial por sexos y distribución rural o urbana, mostró valores relativamente más altos en ambos sexos del grupo rural, tanto en la presión arterial sistólica (PAS) como en la presión arterial diastólica (PAD), independientemente de la variable edad. (Tabla 2).

Al realizar la prueba de Kolmogorov-Smirnov para analizar la normalidad de los datos recopilados fue posible identificar que en los participantes rurales la presión arterial sistólica no presentó una distribución normal en todos los grupos (p < 0,05), de igual forma se comportó la presión arterial diastólica de los participantes rurales y la grasa corporal en mujeres de ambos grupos (p < 0,05). (Tabla 3).

Al realizar el análisis de la relación entre las variables descritas (grasa corporal % y PAS-PAD) por grupos se pudo apreciar que existió una relación positiva y muy significativa entre el porcentaje de grasa corporal y la presión arterial diastólica en los participantes rurales de ambos sexos (p < 0,01), para las demás variables no fue evidente una asociación significativa en ningún grupo (p > 0,05). (Tabla 4).

DISCUSIÓN

El objetivo del presente estudio fue determinar la relación entre el porcentaje de grasa corporal y la presión arterial en adultos de áreas rurales y urbanas del municipio del Carmen de Chucurí, el principal hallazgo de esta investigación fue la asociación positiva y significativa entre el porcentaje de grasa corporal y la presión arterial diastólica en hombres y mujeres rurales de este municipio.

Un estudio reciente hizo evidente que, el porcentaje de grasa corporal se asoció positiva y muy significativamente con la presión arterial sistólica (r = 0,365 en hombres y 0,285 en mujeres; p < 0,01), presión arterial sistólica (r = 0,208 en hombres y 0,256 en mujeres; p<0,01), así como con la hipertensión (r = 0,304 en hombres y 0,299 en mujeres; p < 0,01) en adultos palestinos.⁽¹²⁾ En Corea, los individuos con alto porcentaje de grasa corporal se asociaron significativamente con el aumento del riesgo de hipertensión, incluso, en individuos con índice de masa corporal (IMC), circunferencia de cintura y relación cintura-cadera bajos,⁽¹³⁾ así mismo, se ha concluido que, el aumento de grasa corporal fue un predictor de hipertensión en un estudio coreano de cohorte basado en la comunidad.⁽¹⁴⁾

Cabe resaltar que, la efectividad de los índices de obesidad en la hipertensión varía según la edad y el sexo y sus valores de corte dependen de los grupos de edad y sexo,⁽¹⁵⁾ dado a que, en Reino Unido, Ozen y cols. identificaron una asociación no significativa entre el porcentaje de grasa y la presión arterial sistólica (r = -0,03; p > 0,05), pero significativa y positiva para la presión arterial diastólica (r = 0,13; p < 0,05), sin embargo, la grasa visceral abdominal obtuvo una relación positiva y muy significativa con la presión arterial sistólica y diastólica (r = 0,40 y 0,44; p < 0,01) en adultos sanos,⁽¹⁶⁾ además, una mayor masa grasa predicha podría desempeñar un papel central en la relación lineal positiva de la asociación del IMC y la hipertensión en adultos varones; y el vínculo de la masa grasa predicha a la presión arterial fue parcialmente mediada por colesterol total, triglicéridos, colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL-c) y glucosa en sangre en ayunas.⁽¹⁷⁾

Partiendo del supuesto anterior, es necesario detectar la adiposidad que existe en los sujetos con un IMC normal, con el objetivo de observar a los adultos jóvenes con altos riesgos de anomalías cardio-metabólicas;⁽¹⁸⁾ no obstante, es recomendable indagar y conocer si la pérdida de peso se correlaciona con la presión arterial baja.⁽¹⁹⁾

Entre las principales limitaciones de este estudio se destaca que no fue posible incluir marcadores bioquímicos para contrastar por grupos de sexo y comunidad acorde al porcentaje de grasa y presión arterial, de igual forma, la evaluación de los hábitos de vida saludables puede ayudar en futuros estudios a la estratificación de la muestra acorde a las recomendaciones de actividad física y alimentación, entre otras. El porcentaje de grasa corporal se asocia positiva y significativamente con la presión arterial diastólica en hombres y mujeres rurales del municipio Carmen de Chucurí, para los demás parámetros analizados no fue evidente la existencia de una correlación significativa.

Conflicto de intereses:

Los autores declaran la no existencia de conflictos de intereses relacionados con el estudio.

Los roles de autoría:

1. Conceptualización: Carlos Enrique García Yerena, Omar Oliveros Rangel.

2. Curación de datos: Carlos Enrique García Yerena, Amalia Villamizar Navarro, John Alexander García Galviz.

3. Análisis formal: Brian Johan Bustos Viviescas, Amalia Villamizar Navarro, John Alexander García Galviz.

4. Adquisición de fondos: Esta investigación no contó con adquisición de fondos.         

5. Investigación: Carlos Enrique García Yerena, Omar Oliveros Rangel, Brian Johan Bustos Viviescas, Amalia Villamizar Navarro, John Alexander García Galviz.

6. Metodología: Brian Johan Bustos Viviescas, Amalia Villamizar Navarro.

7. Administración del proyecto: Carlos Enrique García Yerena, Omar Oliveros Rangel.

8. Recursos: Carlos Enrique García Yerena, Omar Oliveros Rangel.

9. Software: Brian Johan Bustos Viviescas, John Alexander García Galviz.

10. Supervisión: Carlos Enrique García Yerena, Amalia Villamizar Navarro.

11. Validación: Carlos Enrique García Yerena, Brian Johan Bustos Viviescas.

12. Visualización: Carlos Enrique García Yerena, Brian Johan Bustos Viviescas.

13. Redacción del borrador original: Carlos Enrique García Yerena, Omar Oliveros Rangel, Amalia Villamizar Navarro.

14. Redacción, revisión y edición: Brian Johan Bustos Viviescas, John Alexander García Galviz.